sábado, 13 de agosto de 2011

¿POR QUÉ NO HAY UN GUSTO POR EL ESTUDIO?

¿Por qué la tercera parte de los que tendrían que estar estudiando no están estudiando? ¿Qué está pasando?
Muchos padres de familia no entienden qué pasa y se sienten impotentes ante esta realidad, no pueden o no saben qué hacer, y terminan doblegándose ante los deseos de sus propios hijos. El hijo simple y sencillamente toma la decisión de ya no acudir a las aulas escolares y los padres de una u otra forma después de insistir, batallar e intentar que los niños o jóvenes no abandonen las aulas escolares, acaban simple y sencillamente doblegándose ante el deseo firme de los muchachos de no continuar sus estudios.

Evidentemente esto preocupa, estresa y angustia a algunos padres de familia que no saben por qué sucede esta situación.

Hay dos cosas que tienen que solucionar circunstancias internas para poder cambiar esta realidad: Por un lado, la escuela que otorga la educación. Si lo hace con calidad o no, es responsable de esa deserción de los alumnos que no le encontraron el sabor a los estudios. Si la escuela que está dando ese servicio educativo no lo está dando con calidad, evidentemente es responsable en una medida bastante importante de esta situación. Cualquier escuela sea pública o particular, que no esté dando una educación con calidad, es responsable en una medida importante de esa gran deserción de los alumnos de las aulas escolares.

Por otro lado, está el asunto de la familia. Si la familia misma, los padres del niño, son promotores a través del ambiente que se genera en el interior del hogar, de una vida estable, en paz, y que promueve el deseo de estudio, la familia está cumpliendo un objetivo loable, pero si no lo está haciendo así, obviamente que también la familia es responsable de esta situación.

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